Alcaldía Municipal de Chinácota

Pasado-presente y futuro

Reseña histórica por Silvano Pabón (Tomado de su blog)

El Momento de los Pueblos de Indios: Instauración de la República de los Indios en el actual Norte de Santander a la luz de la política indiana trazada por el Padre Las Casas.

Se establecieron en aplicación de la política indiana promulgada a partir de las Leyes Nuevas de 1542, en las cuales se impuso la propuesta del Padre Fray Bartolomé de las Casas, O.P., de congregar y poblar los naturales al margen de las fundaciones españolas. Los pueblos o comunidades de indios se “poblaron en pueblos” a la usanza de los de España, “dándoles traza para hacer plaza y calles, donde habrían de vivir congregados y en policía para recibir la doctrina y servir mejor a los encomenderos”. La categoría asignada es el verbo “poblar”, en el entendido que los “pueblos se pueblan”. Los actores de este poblamiento fueron los indios, a quienes se les devolvía la autoridad étnica para que organizaran sus comunidades, usufructuaran adecuada y provechosamente las tierras de los resguardos, administraran las rentas colectivas y pagaran puntualmente sus tributos. En el territorio de la ciudad de Pamplona el proceso de poblamiento de las comunidades indígenas y posterior erección de las doctrinas inició a finales del Siglo XVI, 1583, con el primer poblamiento de indios de la “Provincia de Chinácota” realizado por Melchor Vázquez Campuzano, y se consolidó a mediados del Siglo XVII con el afianzamiento de la doctrina y pueblo de indios de Cúcuta, poblado por el Doctor Don Diego Carrasquilla Maldonado en 1641.
 
La política indiana aplicada por la Corona Española en esta parte del Nuevo Reino de Granada deja ver cómo las ciudades y sus cabildos fueron responsables de la consolidación, sostenibilidad y desarrollo de las doctrinas de naturales en cada una de sus jurisdicciones. Es así como se reconoce, por ejemplo, que para el año de 1623 se congregaron en términos de la ciudad de Pamplona 12 grandes pueblos de indios con su consecuente erección en doctrina formal en los principales valles fértiles del territorio. Éstas fueron: Chopo, Chinácota y Cúcuta (1641) por el río Pamplona (hoy Pamplonita); Silos, Cácota de Velasco y Labateca por el río Chitagá; Arboledas por el río Zulia; Guaca, Carcasí, Servitá, Cácota de Suratá y Bucaramanga en el actual departamento de Santander; además de la llamada doctrina de los páramos en Vetas, erigida para asistir y doctrinar los indios mineros llevados a este distrito minero desde los pueblos de encomienda.
 
La ciudad de Salazar de las Palmas instituyó el pueblo de indios de Santiago. En la ciudad de Ocaña se poblaron a la usanza hispánica y erigieron como doctrinas formales los pueblos de indios de Brotaré, Aspasica, Carasica, Pueblo Nuevo de Boquiní, La Loma de González, Buenavista y El Palmar (hoy Hacarí), aunque estos últimos ya a finales del Siglo XVIII. En términos de la ciudad de San Faustino de los Ríos se erigió la doctrina de Limoncito de los Motilones, ya en los albores del Siglo XIX, se localizaba en las vegas del río Zulia, en el actual corregimiento de Buena Esperanza.   
La mayor concentración de población indígena encomendada a finales del siglo XVI se hallaba en la Provincia de Pamplona, así que los esfuerzos por “poblar” sus pueblos de indios se inició justo en el valle del río Pamplona con la confirmación de poblamientos que hiciera el Capitán Alonso de Montalvo en 1586, quien “pobló y dio traza con plaza y calles” a diversos asentamientos como Chopo, Bochalema y Chinácota. En el año de 1602 estos pueblos recibieron la asignación de tierras de resguardo por el Capitán Don Antonio Beltrán de Guevara, corregidor de la ciudad de Tunja, sentando las bases para la congregación y erección de las 12 grandes doctrinas que finalmente estableció el Visitador Don Juan de Villabona y Zubieaurre en 1623 en toda la jurisdicción de la ciudad de Pamplona.
 
La ciudad de Salazar de las Palmas instituyó el pueblo de indios de Santiago. En la ciudad de Ocaña se poblaron a la usanza hispánica y erigieron como doctrinas formales los pueblos de indios de Brotaré, Aspasica, Carasica, Pueblo Nuevo de Boquiní, La Loma de González, Buenavista y El Palmar (hoy Hacarí), aunque estos últimos ya a finales del Siglo XVIII. En términos de la ciudad de San Faustino de los Ríos se erigió la doctrina de Limoncito de los Motilones, ya en los albores del Siglo XIX, se localizaba en las vegas del río Zulia, en el actual corregimiento de Buena Esperanza.  
 
La mayor concentración de población indígena encomendada a finales del siglo XVI se hallaba en la Provincia de Pamplona, así que los esfuerzos por “poblar” sus pueblos de indios se inició justo en el valle del río Pamplona con la confirmación de poblamientos que hiciera el Capitán Alonso de Montalvo en 1586, quien “pobló y dio traza con plaza y calles” a diversos asentamientos como Chopo, Bochalema y Chinácota. En el año de 1602 estos pueblos recibieron la asignación de tierras de resguardo por el Capitán Don Antonio Beltrán de Guevara, corregidor de la ciudad de Tunja, sentando las bases para la congregación y erección de las 12 grandes doctrinas que finalmente estableció el Visitador Don Juan de Villabona y Zubieaurre en 1623 en toda la jurisdicción de la ciudad de Pamplona.

 


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Fecha de publicación 06/02/2017
Última modificación 16/11/2023