Nuestros simbolos
El Escudo
El diseño tiene la siguiente simbología:
Este tiene un campo cuartelado en cruz. En el primer cuartel aparece la silueta del cerro de la vieja, con las nubes tormentosas de la leyenda y un paisaje que identifica el entorno de Chinácota.
En el segundo cuartel se observa el casco del conquistador Ambrosio Alfinger, con indicaciòn del año de su muerte según el Fray Pedro Simón, cronista de la época, que fue cuando se inició su transformación de acentamiento indigena en pueblo conquistado.
En el tercer cuarte está la choza de los indigenas " Chinácotas" de la tribu de los Chitareros, esto significa el origen precolombino de Chinácota y tambien de las Chítaras de los Chitareros, representadas en una calabaza en forma de botella y una en forma de totuma, vasijas que los naturales llamaban `chítaros, en las que tenían el brebaje de maíz y yuca. Por eso los españoles le dieron el nombre de los Chitareros.
En el cuarto cuartel un pergamino sobre un fondo verde, color de las Faz, que representa la firma del tratado de Paz tras la guerra de los mil días que aquí se firmó el 21 de noviembre de 1902.
Sobre el campo una franja con la bandera de Chinácota (Acuerdo del Concejo Municipal No. 007 del 18 de mayo de 1970).
Sobre la bandera, la corona que significa una característica de la Chinácota moderna, orgullo del Norte de Santander. El reinado departamental de la belleza que se celebrò aquí durante 35 años y esperamos volverlo a realizar durante el marco de las Ferias de San nicolás, las más antiguas de Colombia.
Al lado y lado del campo dos ramas unidas por una banda con la leyenda identificadora del escudo " El Valle de Ambrosio... hoy Chinácota", la una de café, que entró a Colombia por Chinácota a principios del siglo XIX, con sus frutos que es el principal producto y significa la riqueza de la tierra, y la otra de olivo que significa la paz y que también simboliza la aspiración de libertad.
Manuel Waldo Carrero Becerra.
Bandera
El ROJO: Representa el sentimiento sublime y varonil de sus hijos que jamás han transigido con las arbitrariedades que intentan menoscabar la dignidad humana, sentimiento del que dieron el primer ejemplo los aguerridos antepasados chitareros cuando se liberaron de la cruel tiranía del Conquistador Alfínger.
El BLANCO: En heráldica significa pulcritud y hospitalidad, representa la espontánea, afectiva y cordial acogida que la ciudad sabe brindar a todos los que vienen a ella para enaltecerla con las luces vivificantes de la inteligencia o con el esfuerzo tesonero del trabajo que encauza un brillante porvenir. La guirnalda, que va en el centro de esta faja, simboliza en el laurel el respeto inquebrantable a las instituciones legalmente establecidas y el amor franco y denodado por el divino don de la paz, como claramente lo demuestra el hecho histórico, de gran trascendencia nacional, de haberse firmado en la tierra de Chinaquillo el pacto de honor, suscrito el 21 de noviembre de 1902 entre el egregio patricio, General Ramón González Valencia y sus ilustres antogonistas. Con este Tratado, junto con los de Neerlandia y Wisconsin, se dio fin a las contiendas fratricidas que asolaron a Colombia en época luctuosa.
El AZUL: Significa la nobleza de ideales del pueblo chinacotense que siempre ha progresado y propendido por su engrandecimiento espiritual y material con elevación de miras, las cuales se proyectan hacia el cielo diáfano en cuyos confines señorea la cumbre altiva del legendario Cerro de la "Vieja" que, a manera de centinela insomne, resguarda nuestra más caras tradiciones.
Himno
Chitareros por Dios y la Patria
de la gloria marchemos en pos.
Con amor, libertad y justicia
forjaremos un mundo mejor.
I
Somos pueblo valiente y honesto,
luchadores de fe y corazón
siempre en busca de honor y progreso,
sin engaños, temor ni traición.
II
Los cultivos matizan los campos
tierra buena, fecunda y feraz;
en los montes florecen cafetos
en las almas florece la paz.
III
Tradiciones, leyendas y mitos
son destellos del alma ancestral;
por el cerro La Vieja cabalga
mientras ruge feroz tempestad.
(Letra y música, presbítero Juan José Briceño Jáuregui)
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Fecha de publicación 06/02/2017
Última modificación 16/10/2024